José Luis Martínez: La emigración a examen

Según un informe del BM publicado en 2006 sobre el efecto en el desarrollo de las remesas en América Latina, el flujo de dinero hacia esa región equivale a 70 por ciento de la Inversión Extranjera Directa y a cinco veces el monto de la ayuda oficial para el desarrollo.

Las remesas ya son el programa de alivio de pobreza en muchos países de esta región. Ahora el desafío es lograr que estos flujos se conviertan en una importante herramienta para el desarrollo económico, sostiene el BID.

Motivados en su mayoría por la búsqueda de mejores condiciones de vida, en lo cual subyacen asimetrías económicas y posiciones divergentes entre los países emisores y receptores, todo indica que la migración continuará más allá de declaraciones presidenciales y medidas que se tomen. Forma parte de la globalización y nadie podrá detenerla totalmente.

Sólo el desarrollo y la inversión en Latinoamérica lograrán menguar esta sangría de cerebros y de mano de obra barata, que hace algunas décadas también padeció el Viejo Continente.

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