El Ayuntamiento de San Sebastián ha cambiado los semáforos sonoros que facilitan el tránsito de las personas invidentes
Los tradicionales semáforos adaptados para personas ciegas consistían en un sistema activo durante todo el día. Cuando se activaba la luz verde del semáforo, sonaba a la vez un sonido intermetente que alertaba a los invidentes. Sin embargo, con la nueva técnica el aparato se activa a través de un mando a distancia que maneja la persona ciega, por lo que sólo entran en funcionamiento cuando el invidente lo requiere.
Todos los residentes de las zonas donde estaban colocados estos semáforos se quejaban incesamente por las molestias. «Con los semáforos sonando todo el día, era imposible estar tranquilo en casa», declara un vecino del centro de San Sebastián. «Y no digo nada de la noche, con el continuo pi-pi-pi», añade.
De ahí que el Ayuntamiento de San Sebastián, junto a la Fundación Once y el Imserso, incluyeran dentro de sus planes de accesibilidad una nueva modalidad de semáforos sonoros, una técnica que permite compatibilizar la protección contra la contaminación acústica y la movilidad urbana para los discapacitados visuales.
A pesar de que este sistema elimina las molestias del pitido insistente del anterior aparato, su implantación no es tan fácil como parece, ya que se debe someter a un mantenimiento continuo, especialmente en aquellos semáforos ubicados en localidades costeras como Donostia, ya que el salitre y la humedad aceleran su deterioro.
Así es que los informes de averías son muy frecuentes, tal y como lo confirma una afiliada a la Once. «En el trayecto al trabajo, de cinco pasos de cebra que tengo que cruzar, sólo me funciona el mando en dos, pero no sé por cuánto tiempo más». Como ella, son muchos los invidentes que reclaman un mejor servicio.
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